sábado, 2 de septiembre de 2017

Día festivo: un poema de Jesús Montiel

Este poema del granadino Jesús Montiel pertenece a su libro La puerta entornada (Libros Canto y Cuento, 2015). El que por mayo era, por mayo del viejo romance se convierte aquí en verso blanco, pero respira ese mismo aire de serena frustración del prisionero por no poder gozar como el resto de los vivos del adviento de la primavera. En los versos de Montiel la conclusión es más desoladora si cabe, pues la prisión no es una cárcel, sino la habitación de un hospital; y el encierro solitario del romance es aquí la impotente contemplación de la enfermedad del hijo, cautivo de su cama y su dolencia, para quien los únicos trigos que encañan son los cabellos que le arranca la quimio. Todo ello en el marco de una estremecida —y estremecedora— belleza.

INVIERNO SUBJETIVO
Y qué le importa hoy a este poema
que se rompan los brotes
pulsados por los dedos de la luz,

que los vivos respiren
y beban coca-cola en las terrazas
debajo de las frondas renacidas,
y las ramas comiencen
en las ramas su orquesta voladora,

qué la risa del mundo o el fuego de este sol
que enciende el horizonte 
y borra la memoria del invierno,

si en esta habitación del hospital
tu pelo se desploma
sembrando de trigales tu pijama
y uno tiembla por mucha luz
que alrededor ocurra.





2 comentarios:

  1. Ufff. Son unos versos muy duros. No quiero ni pensar lo que sentirá ese padre. Un poema en el que te metes de lleno. Genial.

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